12 de julio de 2008

Un Espacio para la Memoria y la Acción

En abril de 2006 comenzamos a formar un espacio en el cual recuperar nuestra historia local en torno a las violaciones de los derechos humanos por parte de último gobierno de facto. La motivación fundamental que nos movió a tomar esta iniciativa, fue la necesidad de no condenarnos al olvido y en ese olvido dejar un manto de impunidad para quienes llevaron adelante un plan sistemático de eliminación de opositores políticos.
Fue así que empezamos a rastrear información sobre casos de desaparecidos en City Bell, Gonnet y Villa Elisa, conformando un listado de alrededor de sesenta casos.
Comenzamos a pensar entonces que, en algún punto, como comunidad o bien elegimos o bien nos impusieron, esta condena al olvido. O, por que no, un poco de las dos cosas. Cualquiera fuera la situación, evaluamos que la mejor forma de recuperar nuestra historia era, rescatar las historias individuales de quienes fueron víctimas del terrorismo de estado; indagar en sus aspectos más humanos (solidaridad, ideales, compromiso militante con la construcción de una sociedad justa) que fueron precisamente los que los hicieron blanco de un sistema asesino.
También definimos que la recuperación de la historia no debe ser un fin en si misma, sino el medio para impulsar la acción ¿De que serviría saber que se cometieron actos de terrorismo de estado si no condenáramos socialmente a quienes los cometieron? Fue en consecuencia con esto que junto a otros sectores organizamos un escrache a Néstor Beroch, Guillermo Gallo y su mujer Susana Raquel Fitipaldi, tres activos colaboradores de la Dictadura, que residen en City Bell al amparo de su anonimato.
El 22 de marzo del año 2007, realizamos una jornada con radio abierta e intervenciones visuales en los alrededores de la casa de Máximo Leonardo Agoglia, militante de la Juventud Peronista, que fuera asesinado, ese mismo día pero en 1976, aparentemente por fuerzas de la triple A.
Con motivo de cumplirse 31 años del último golpe militar, realizamos junto a otras organizaciones, una jornada cultural de repudio al terrorismo de estado, recordación de los treinta mil luchadores sociales desaparecidos y de denuncia por la desaparición de Jorge Julio López.
También, al cumplirse 31 años de la denominada “Noche de los Lápices” convocamos a estudiantes secundarios para la realización de una actividad que tuvo como eje el repudio de lo ocurrido pero también el fomento de la organización de los sectores secundarios de la zona. A raíz de esta actividad un grupo de estudiantes se núcleo en lo que llamaron Liga Autónoma por la Integración y el Compromiso de los Estudiantes Secundarios (LAPICES)
Desde la desaparición de Jorge Julio López en septiembre de 2006, participamos junto a otros sectores del reclamo por su aparición y castigo a los culpables, entendiendo que este hecho es un mensaje ligado a las prácticas de quienes instalaron el terror durante la última dictadura militar.
A veces el olvido es el lugar donde guardamos lo que nos duele, pero también lo que nos confronta y hace crecer. Comprendemos lo doloroso que, en muchos casos, puede significar volver a entrar en aquel altillo en el que dejamos viejos recuerdos; pero creemos que la única forma de madurar como sociedad es mirar nuestro pasado para definir que es lo que NO queremos volver a ser. De esta manera el NUNCA MÁS, dejará de ser una frase para ser un compromiso de todos.

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